domingo, 27 de febrero de 2011





"Hoy la vi y recordé la historia de un pedazo de mi vida"

Así es el título de una canción de Pablo Milanés y aunque la totalidad de la letra está algo lejos de asemejarse a mi relato, el título sí es preciso. Es la historia de una mujer que conocí hace tres años...se llama Sasha.




Tal vez les haya sucedido, es posible que en algún momento veas en un lugar, en un sitio, a una mujer o a un hombre, con quien hiciste el amor en tiempos pasados y no recuerdes el nombre, o quizás tú nunca hayas olvidado a esa persona, pero esa persona si te olvidó, al punto de pasarte cerca, muy cerca y ni inmutarse con tu presencia. Y es que a veces ese acto sublime de hacerle el amor a alguien o, incluso, el sólo sexo, se cree que tiene un impacto grande en la mente, yo al menos lo creo, pero hay quienes ven "eso" como algo tan normal como comer y por tanto no siempre se debe estar recordando tal o cual comida. El asunto, estimados lectores y lectoras, es que Sasha me pasó tan cerca en la estación del Metro y me miró y siguió su camino con la misma indiferencia con que se camina después de ver a un extraño, el asunto, amigos, es que yo no la he olvidado, yo no puedo olvidar a Sasha y pensar que sólo la tuve una noche...sólo una noche.

Pero sería bueno desahogarme con ustedes y relatar con lujo de detalles esta historia. Iniciemos entonces por esa tarde del domingo en que la vi por última vez, fue el domingo pasado reciente. Mientras esperaba en el andén del Metro, o Subway de Caracas, el próximo tren, veo a distancia una chica rubia, de cabello corto, delgada, con caminar acompasado, cual modelo en pasarela, altiva, despierta, apresurada eso sí, como huyendo de alguien, de algo, como huyendo de sus recuerdos quizás. En la medida que se aproximaba, mi mente encendía intermitente una luz de reconocimiento, luz que se hacía más intensa cada vez que aquella mujer acortaba su distancia entre ella y el lugar en el que estaba yo. Faltaban escasos siete metros, seis, cinco...cuando me dije: es Sasha, Dios, es ella, un poco cambiada pero es Sasha. Cuatro metros, y temblé, tres metros y me preparé mentalmente para el saludo cordial...dos metros y le clavé la mirada para buscar la suya, un metro de distancia...y luego únicamente la brisa que dejó su caminar apresurado después de echarme un vistazo cualquiera y ese perfume, ese aroma, ese olor. Pero justo en ese instante en que pasó enfrente de mí y siguió su andar, mientras ahora se alejaba, comenzó un derrame de recuerdos que aún no se detienen.


Flash back. Es decir hacia atrás. Viernes 28 de febero de 2008, viernes por la noche, para más detalles, me encontraba con unos amigos en un local de baile de una zona muy concurrida y fashion de Caracas, en Las Mercedes, por si algún día visitan a Venezuela, y ya a eso de las 9:43 pm, vi en la pista de baile a una chama, como decimos aquí, una chica joven, muy joven si acaso 21 años tendría, rubia con unas trenzas a los lados que me acercaba a la figura de una hermosa rusa, tipo Kurnikova, con el perdón de Enrique Iglesias, en fin, sólo un parecido a lo lejos, entre aquellas luces, entre tanta gente bailando, con aquella música, ese parecido o esa idea, era una simple y distante observación. Lo que sí debe quedar claro es que aquella chica captó toda mi atención desde ese momento.

AQUÍ LA CONOCÍ...


Todo era desenfreno en esa pista de baile, no se divisaban parejas , todo el mundo bailaba con todo el mundo, una orgía bailable, sin embargo cerca de ella, de esa hermosa rubia, danzaba otra joven, otra mujer, obvio que era una amiga por la cercanía y porque a veces intercambiaban palabras muy alegremente. No pasó mucho tiempo sin que yo me acercara al baile y buscara la forma de estar frente a frente con ella, en tal situación de frenesí importa muy poco quién eres, pero ella me sonreía con frecuencia, en clara señal de aceptación, una cortesía que me permitió acortar desintancia, entonces su transpiración y la mía flotaban en el aire y se mezclaban a sólo centímetros de nuestras caras, justo en ese preciso momento, la amiga la cogió de un brazo y con evidente molestia se la llevó de la pista. yo quedé algo sorprendido pero no tuve más opción que seguir bailando solo por unos cuantos minutos .


Entre aquel incidente me perdí en la barra y me alejé de mis amigos mientras me tomaba un trago, de repente siento una mano en el hombro, para mi mayor sorpresa era esa joven, era ella. "Hola, soy Sasha...disculpa lo que pasó, pero Crysti, mi amiga es así, celosa hasta con las amigas. Habíamos pactado no intimar con extraños ya que vinimos solas y era un compromiso no ligar, ni flirtear con nadie"-me dijo- al tiempo que estiraba su mano en señal de paz. "No vale, no te preocupes, entiendo, no ha pasado nada." Eso sí, al saber que tenía una amiga así de impulsiva no tuve otro camino que preguntarle: -¿Y tu amiga? ¿Dónde está?.

- Ella se fue molesta. Ya no le hago tanto caso. Pero bueno es una historia larga.

- ¿Qué tan larga es? Cuéntame si puedes.


Entonces noté que respiró profundo, me miró como buscando confianza en mis ojos y habló. "Pues, lo que pasa es que ella y yo somos pareja. Cuando teníamos 16 años estábamos charlando en casa, ya que erámos vecinas y ella frecuentaba mi hogar, el asunto es que conversábamos acerca del día en que perdiéramos la virginidad con un hombre, y decíamos que iba a ser muy duro eso, según nos decían las amigas que ya habán pasado por su primera experiencia. Entonces se me ocurrió decirle, aunque en tono de broma, que como los hombres son muy bruscos y las mujeres más delicadas, ella y yo deberíamos desvirgarnos mutuamente cuando recién cumpliéramos la mayoría de edad, o sea los 18. Pero al pasar el tiempo noté que ella se había tomado ese comentario muy en serio, pues siempre iba descontando los meses que faltaban para los 18 años, más cuando la diferencia entre mi cumpleaños y el de ella era sólo de tres meses. Bueno, no te niego- continuaba ella relatando-que en verdad había también cierta curiosidad de tener mi primera experiencia sexual con una mujer, con Crysti...tal vez."

Mientras ella, Sasha, me hablaba de esa loca idea con su amiga yo me mantenía sin inmutarme, no porque no me pareciera interesante la historia que escuchaba, sino para hacerla sentir a ella que mi madurez aceptaba con tranquilidad tal cuento. Sólo interrumpí para preguntar qué pasó cuando llegaron a cumplir los 18 años de edad...

- Bueno, como te he contado, ella, Crysti, siempre estuvo pendiente del pacto y sólo a los pocos días de cumplir su mayoría de edad inició su "ataque"...

-¿Qué hacía ella?-pregunté con ganas de escuchar lo que venía.


"Un día fue a casa -arreció Sasha con su hitoria- y la noté muy pícara en cada frase que usaba, es más, estaba muy coqueta vestida. Fuímos al cuarto a conversar con más tranquilidad de cualquier cosa. Pero bueno para resumir. Nos desvirgamos ambas. Eso sí, no me pidas detalles, fue todo muy tierno, muy delicado, cada una de nosotras usó los dedos, ella primero en mí, luego yo en ella. Yo no sangre tanto...ella sí. nos cogimos pues, si es eso lo que quieres saber. Besos y caricias, cada quien tuvo paciencia y se cumplió lo acordado sin traumas. Me hizo su mujer y yo la hice mía, nos hicimos mujeres en mi cuarto. Pero ella se creyó la posesión y me ha convertido en su objeto. Desde ese día hemos tenido relaciones sexuales, no me deja tener novio, no me he acostado con hombre, sólo con ella, no me deja salir con amigos, me cela mucho. Bueno, después que tú y yo intercambiamos miradas en el baile, se arrechó conmigo, cogió una bronca y se fue diciéndome que nuestra relación se había terminado porque y que yo ya andaba oliendo machos."


Esta es una foto de Sasha con su amiga. Una foto que se tomaron cuando se entregaron al pacto. Sasha las pasó a mi celular esa noche que ella y yo estuvimos juntos.

Y no pude más que preguntar: "¿Y en verdad quieres un chico, buscas novio?" Ella me miró con picardía, sonrió y me dijo: "Pues...me está como provocando conocer el sexo con un hombre, nada de una relación formal, pero sí una travesura tal vez." No me dí por aludido para no espantar mi suerte y, como si nada, pedí otro trago para ella, la noche era para ambos ya que su amiga Crysti se había ido, el reloj diría lo demás. Mientras las agujas del reloj daban sus vueltas, más apresuradas por mí que por la misma rotación del planeta, aquella joven, a quien yo superaba en unos 16 años, pues ella tenía 21 y yo 37, estaba más desenfrenada y yo me imaginaba si sería el primer hombre de ella. El ambiente del local, la música, mis amigos, los barman, todos habían desaparecido para mí. Ella hablaba y hablaba, trago tras trago, sus ojitos se iban apagando más, sin perder esa luz de picardía que me llamó la atención de ella.

Esta otra fotografía es secuencia de ese día en que Sasha y Crysti se quitaron la virginidad en un pacto de amigas.

Esta es la tercera foto. Sólo me traspasó tres. Pero en esas imágenes se capta que se hicieron mujer con delicadeza y ternura de mujer. Se amaron ese día, sin duda.

A las dos de la madrugada, no aguanté más. Aproveché la valentía que dan varios tragos de ginebra en mí y la predisposición que dicen que dan varias copas de brandy, en este caso tomadas por ella, para proponerle ir a la cama. "Tú me tienes loco Sasha. Eres demasiado bella y provocativa como para no tener "malos pensamientos"...eres lujuria vestida:" Eso le dije. La miré, luego mi mirada buscó mi trago para tratar de esperar una respuesta negativa y pasarla con ginebra. Para mi sorpresa, cuando giré la cara de nuevo hacia ella, me topé con su cara muy cerca de la mía, su aliento saturado de brandy, sus labios predispuestos y entreabiertos, su beso lesbiano convertido ya en beso de mujer para hombre. Ese beso fue su respuesta.

Para no hacerles tedioso la historia, recortaré el camino del club nocturno hasta el hotel. Fue apasionado ese trayecto y surgió una confesión de parte de Sasha, ella había tenido relaciones sexuales con otra mujer aparte de su amiga íntima Crysti. Una amiga reciente de la universidad, que según la propia Sasha se la devoró en su cuarto. En fin, no me impresionó, porque hombres y mujeres darían lo que no tienen por acostarse con esa ricura de mujer. Y yo, un afortunado de la calle, iba camino a la cama con esa criatura.

Ella llegó sin ningún pudor, quitándose la ropa, con toda su coquetería iba desprendiendo sweter, camisa, sostén por todo el cuarto y gritaba: "Por fin un hombre carajo!!, por fin un guevo, una polla...al fin!". Bueno, entenderán su euforia después de unos tragos, pero estaba clara en lo que estaba sucediendo, no me estaba aprovechando de ella. Sasha fue casi desnuda al baño, dejó la puerta abierta de par en par, yo la miraba sentado al borde de la cama, ese cuerpo delgado pero con la forma que sólo la mano de Dios puede moldear estaba sumergiéndose en la bañera, no se había quitado su bikini Sasha, así entró al agua. Me acerqué y la vi jugar en la bañera, se acariciaba con lujuria, cuando me vio asomado en la puerta, se entusiasmó más, se bajó por completo su tanga y se abrió los labios carnosos de su vagina, entonces un inquieto clítoris se asomó contenido sólo por el agua fresca de la bañera...Sasha se lo empezó a tocar con los dedos, giros suaves y povocadores que hacían que mi miembro quisiera saltar por encima de mi pantalón. Vi, sin emargo, todo aquel espectáculo conteniéndome, la dejé sola en el baño masturbándose. Afuera, en la habitación, me senté en un sofá y me dediqué a escuchar sus gemidos, cada vez con mayor volumen.



AQUÍ, YA EN LA HABITACIÓN DEL HOTEL




Al cabo de unos minutos salió Sasha envuelta en una larga toalla, buscó en su bolso una ropa sport tipo pijama, pero no le duraría mucho puesta . Apenas se acababa de vestir fui a su encuentro y la arrinconé, me coqueteaba con esa carita dulce, pícara y maliciosa a la vez. Le busqué los pechos, suaves tetas recién mojadas, adornadas con unos pezones inflamados de erotismo, se cortorsionaba ella de placer mientras se los acariciaba, me alejó con sus manos para desprenderse su tanguita, pero no la dejé, volvi a la batalla y le metí suavemente la mano por encima de la tela, sentí los pelos mojados de su coño, mis dedos le abrieron los labios íntimos...entonces más se retorcía ella. De un salto fue a la cama y mientras yo me desnudaba, ella se metía mano delante de mí, jugaba sobre la cama, me invitaba con sus ojos a poseerla.


Todo lo demás es historia, su tibia íntimidad recibiéndome, sus besos, su lengua inquieta, sus gemidos, sus manos sobre mi espalda, sus movimientos frenéticos en cada envión mío. Su cara, esa dulce carita de niña traviesa, su sudor...su olor a hembra. Imposible olvidarla. Aquella única vez Sasha no sólo compartió su cuerpo, también me entregó sus secretos, quería escapar de su amiga Crysti, se sentía presiobada, quería escapar de su lesbianismo, y quizás yo la ayudé a experimentar algo distinto esa noche. Ya casi al amanecer decidí tomarle unas cuantas fotos que quisiera compartir con ustedes, una sesión fotográfica a la que Sasha accedió con toda naturalidad.

















No sé adónde estará ahora, he visto a Sasha sólo dos veces en mi vida, aquella noche de locura única, inolvidable, y esa tarde en el Metro, lo que no deja de sorprenderme, como les conté al principio, es que esa mujer pase a mi lado, me mire y siga su camino ¿acaso perdió la memoria? ¿o aquella noche no tuvo importancia para ella? prefiero pensar que perdió la memoria, la tercera opción es que huya de su lesbianismo, de su aventura con aquellas amigas...o que huya de ella misma. Anyway, yo tomé de su vida ese día que me regaló, yo le entregué mis manos, mi cuerpo, mi sonrisa, remonté sus dientes con mis besos, transité cada espacio de su piel, bebí de ella todo cuanto pude...aunque quizás ella ni mi nombre recuerde. Yo sí te llevo conmigo Sasha, te llevo conmigo....

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