domingo, 9 de septiembre de 2012


Recuerda que puedes ir a "entradas antiguas", al final de la página o en archivos del blog, para ubicar las historias, cuentos y relatos anteriores, no dejes de disfrutar un mundo de fantasías y realidades vividas por otros, quizás vividas por ti en algún momento. Y , por supuesto, no olvides marcar clicks en la publicidad de nuestros patrocinantes para colaborar con esta forma de entretenerlos. Esto es Cuentos de Pura Piel...Por cierto vale decir que Sasha Blonde superó a Abelinda en la encuesta que realizamos en la pasada página, sin duda la ucraniana tiene seguidores y es que esa flaca traviesa es en extremo sensual a parte de "caliente". Y al final, volviendo al tema de hoy,  la confesión de una joven venezolana que, como muchas en el mundo, decidió probar sexo con otra mujer, un relato de puño y letra de Juliette...con un vídeo de exquisita factura íntima.

SECUENCIAS

Buscando variedad en la página que ofrezco tanto a hombres como chicas, en esta oportunidad presento una sección llamada "Secuencias", una serie de fotografías con sentido lógico, en vídeo o en fotos estáticas sucesivas, justo para que los lectores de este blog pongan a "volar su imaginación". Y como es de suponer en estos casos no hace falta usar muchas palabras, pues las imágenes hablan por sí solas. Eso sí, presentaremos a una jóvenes con todo el esplendor de su cuerpo, mostrando la lujuria en la mirada y el deseo de ser poseídas a flor de piel.

En el siguiente vídeo fotográfico verán a una chica norteamericana, quien pasó muchos años en Quebec, Canadá, estudiando diseño de modas, pero que encontró en las revistas para adultos una profesión más placentera, curiosamente posando sin ropa o con muy poca ropa: Ariel Rebel.
Ariel Rebel se nos presenta con un encanto muy particular, pequeña de estatura, cabello algo corto, de ojos negros y vivaces, como si estuviera siempre tramando algo pecaminoso, una de esas jóvenes que cautiva com marcada malicia. Y como siempre comento en estos casos, ella no es exclusiva para ser degustada visualmente por hombres, las mujeres también pueden imaginarla en actos traviesos y casuales sin sentirse lesbianas con tal pensamiento, o en su defecto, puden asumir como "modelo" las posturas coquetas de Ariel para seducir a sus parejas. Luego veremos a Anny Delicious, a la ya conocida Sasha Blonde, a otra europea, Ivana Fukalot y a una hermosa morena latina, todas mostrando sus más sensibles encantos de mujer. Hoy escribiré muy poco porque ustedes usarán el sentido de la imaginación. 

Divina tentación
Ariel Rebel dedicada al hogar
Ariel Rebel y su lugar preferido: la cama








Rebelde con causa




Dato curioso:  Después del orgasmo o tras la masturbación, se concilia el sueño con más facilidad. Los estudios creen que la actividad sexual favorece el sueño, en parte debido a la acción de las hormonas y las sustancias cerebrales.
  

Anny Delicious en las barras

Sasha Blonde...sin secretos

Sensualidad mortal
Ivana Fukalot en carne viva
Dato curioso: La fantasía sexual más común es el sexo oral. (Para ambos sexos). Ya vieron a Ivana cómo fue salpicada de espermatozoides!!
  

Spice Girl latina...calor tropical

Dos mujeres y un secreto


Revisando mi correspondencia me encontré con una carta escrita por una joven de Caracas, Venezuela, de 26 años y cuyo nombre es Juliette. En verdad lo que llamó mi atención fue la confianza que depositó en mí al relatar una historia que tal vez pocas mujeres que la hayan vivido, se atreverían a contar. Se trataba de un secreto, una fantasía que rondaba su mente y que, según ella, tuvo la fortuna de cumplir. Me pidió, eso sí, que mantuviera sus datos personales en anonímato, sólo me autorizó a usar los nombres que aparecen en su carta: Juliette, el de ella, y Cristina, la otra joven. Dos mujeres y un secreto. Reproduzco, entonces de puño y letra la carta de la que hago referencia.
"...y cierto día, mi amiga Cristina me visitó en mi casa, era una de esas noches en que nos teníamos que reunir para poner al día las materias y relizar tareas pendientes. Cristina y yo éramos compañeras de curso, sexto semestre de Comercio Exterior. Una compañera muy coqueta, muy linda para más señas, muy traviesa con los chicos que siempre estaban buscándolas. En fin, una chica normal. Siempre que se quedaba en casa, dormíamos juntas, nos daba la madrugada hablando de sus amoríos y de los míos.Pero esa noche, sucedió algo distinto.Cristina había comprado una ropa íntima muy sexy y entusiasmada con su compra me la estaba mostrando, mientras yo detallaba su panty en la cama y le daba mis impresiones, me dijo: "dame, déjame ponermelas para que veas cómo me queda". Mientras, se desnudaba frente a mí, se me fue, tal vez, dibujando en el rostro algo que siempre había sido curiosidad. Y pienso que Cristina estaba leyendo mis pensamientos. Digo ésto, porque comenzó a quitarse la ropa con mucha picardía. En verdad confieso cierta verguenza al recordar que yo la estaba mirando con lujuria. Ya con su pequeña pantaleta puesta,  un a tanga super pequeña, ella giró y me dió la espalda, me miró por encima de su hombro y me increpó: "...pero dime algo amiga, estás que no dices nada Juliette". "Ah, sí, claro, bueno te ves muy bien Cristina, muy sexy, el chico que te vea ese hilo dental puesto, moriría de ganas", le contesté.
Cristina pusó en play la cámara y yo la miré con extrañeza por  saber qué pretendía y luego  vino hasta el sofá, se montó sobre mis piernas y abrió las de ellas, ya todo estaba consumado, sabía que vendría la lujuria. Me dijo: "Por cierto, a pesar de que hemos compartido tanto, nunca te he preguntado, cuál es tu fantasía sexual, digo, si es que tienes una". Era una pregunta hecha en una situación ideal para hablar de sexo, pero era una pregunta maliciosa, sobre todo porque ya estaba sobre mí, y no la había increpado, dejarla tan cerca y casi desnuda, era de por sí una respuesta. Yo sabía que dentro de ese ambiente cualquier cosa que dijera era válida. Le miré detenidamente, luego miré hacia el techo, como para hacerle creer que pensaba. Sin embargo, la respuesta ya la tenía y era ahora o nunca la oportunidad de decirla. "Sabes, Cristina, ésto que quede en nosotras, tú sabes que a mi me gustan muchos los hombres...pero a veces te confieso que tengo la curiosidad de saber qué se siente hacer el amor con otra mujer". Cerré los ojos creyendo que había soltado una bomba. Pasaron sólo unos segundos y de pronto sentí la respiración de Cristina acercarse más a mi rostro. Sentí sus suaves labios tocar los míos. Cuando abrí los ojos, tenía la cara de ella a tres centímetros de la mía. Entonces me dijo:  "Pues, qué curioso Juliette, yo siempre he querido saber exactamente a qué sabe una mujer por allí abajo". En ese instante supe lo que iba a suceder minutos después. Todo estaba dicho. Me paré fuí hasta la puerta del cuarto y pasé las llave. Jamás nuestros padres sospechan lo que puede ocurrir con dos mujeres detrás de una puerta.
Cristina era una chica, muy sensual, de cabello rubio, era rubia pues sus padres eran extranjeros, europeos creo. Era de senos no tan grandes, por lo menos más grandes que los míos,sí los tenía,  una cintura de chica de gimnasio, unas nalgas paraditas; yo, delgada de cabello negro  y largo, en fin no menos coqueta y traviesa que ella. Y como ya estaba decidido todo, me quité el pantalón sin ninguna pena, cuando ya aún quedaba algo de pantalón ella me quitó todo de un viaje, de un tirón . Todo se iniciaba en el sofá, sofá que que tengo en la habitación para descansar, sofá que sería el testigo mudo de las pasiones de dos mujeres deseosas de probar cosas distintas,  estaba decidida  a entregarme a la fantasía de tocar a otra mujer, de averiguar qué se siente ser tocada por la piel suave de otra. Pero también quería ser la sumisa, era mi amiga la que tomaría la iniciativa.
Ya ambas desnudas  en el sofá, dispuestas a cometer pecado, llevé mis senos hasta los de ellas y los froté suave, muy suave, toqué sus pezones erectos con los míos, una sensación eléctrica recorrió mis entrañas. Mientras yo me dedicaba a mirarla sobre mí, ella lamía como perrita tierna mi pezón, sus senos, suaves tropezaban con mi bajo vientrre , con mi ombligo, danzando el ritmo del placer. Cristina colocó su mano en mi vulva, la acariaba con ternura, como pocos hombres lo hacen, paseaba sus dedos por mis labios vaginales con una particular delicadeza,tal vez con la delicadeza con la que ella misma trata sus partes. De mí bajaban chorros de líquido, por lo menos eso sentía, jamás me había sentido tan mojada. Sentí, un dedo perforar mi intimidad, me sentí poseída por mi amiga. Busqué su boca para besarla desesperadamente, pero ella esquivó mi boca, lo hacía no como rechazo, sino para provocarme más. Entonces me  levanté y con un empujón suave la eché hacia atrás  para estamparle un beso en la boca, esta vez se dejó. Luego ella tomó violentamente la cabeza y me la acercó hacia su cara, me besó con pasión desenfrenada, aprovechando la oprtunidad de profundizar más sus dedos en mi entregado orificio. Pero era una batalla compartida, no había ni pasivas, ni activas. Ahora me tocaba a mí. Invertimos nuestros cuerpos. Era la típica posición del llamado número 69. Abrí lo más que pude mis piernas sobre su rostro. y me imaginé las ganas con las que Cristina comería mi intimidad, al mismo tiempo yo comenzaba a pasear mi lengua por su clítoris expuesto. El sabor que entraba a mi boca, suponía yo, era el mismo que yo le entregaba a ella. Mientras más se dedicaba ella a mí, más frénetica me volvía yo. Me acariciaba la entrada del ano, buscando volverme loca, o tal vez, intentando que con mi locura, la volviera loca a ella. Ese era el juego. Sentí cómo endurecía sus muslos, aguantando el orgasmo que ya venía en camino. Pero insistí con mi lengua hasta que lo soltara. Luego me pidió que me montara sobre ella, que mi culo le quedara justo en la cara, entonces me incliné en el sofá y le ofrecí de nuevo mi coño  empapado, y sentí cómo mordía con malicia mis muslos, me estaba comiendo poco a poco. Escuché su alarido, para que segundos después, su lengua me penetrera un poco. Entonces fuí yo la que no aguantó más. Y luego, me dejé caer entre sus piernas.  Pero aún quedaba más. Busqué consolador, un juguetico erótico que uso en mis noches calientes y que me regaló mi novio y le pedí a ella que me perforara,  y ella aceptó  gustosa mi pedido. Me puse de pie y abrí las piernas, mientras me sujetaba al dofá, ella se arrodilló detrás de mí y me hundió suavemente el pene  sintético, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez .Vencida yo, vencida ella, decidimos hacernos una paja mientras,  una al lado de la otra , nos mirábamos con marcado éxtasis. Volví a su boca buscando el beso tierno y lo encontré. Sabíamos ambas que habíamos hecho una locura. Nos miramos como diciendo que ya estaba bueno. Nos miramos sabiendo que jamás hablaríamos de lo sucedido. Nos quedamos abrazadas unos minutos, mirando al techo, sudadas y culpales. Ella había probado el cuerpo de Juliette y yo, Juliette, había probado el sabor de Cristina. Ella fue hasta la cámara y vio lo que se había grabado, me miró pícaramente y dijo "Esto quedó de película!!"
Al cabo de unos minutos me dijo:" Juliette, qué locas somos...tenemos examen  de economía mañana a primera hora".
En fin, nunca más tocamos el tema, jamás se volvió a hablar de fantasías. Hoy estoy casada con un hombre a quien adoro, y tengo un  precioso niño. Cristina...es mi mejor amiga aún. Pero ambas sabemos que existe un secreto. Ya no tan secreto, pero quizás sea la fantasía o el secreto de otras." 
El secreto de Juliette y Cristina o el sofá mojado
Dato curioso:  Las parejas que más se besan durante el acto sexual son las lesbianas (95 por ciento), luego los homosexuales (71 por ciento) y últimos son los heterosexuales con apenas un 25 por ciento.

Bien espero que haya sido del agrado todo el material expuesto para ustedes. Insisto, gracias por visitar esta página y el blog Aquellos Seres Que Vuelven. No dejen de marcar clicks en este último en la publicidad de nuestros patrocinantes.
Dos blogs distintos para el mundo!!!


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