domingo, 25 de julio de 2010







¿Cómo consolar el deseo sexual del cuerpo...en soledad?



Todo se puede iniciar en el momento en que se piensa en sexo

...y la mente se pone a volar y las partes íntimas comienzan a pedir caricias





El uso del consolador es extensión bastante amplia y un examen reciente en un compartimiento brillante mensual divulgó que los 20% de mujeres profesionales jóvenes entre las edades de 24 y 35 llevan un consolador con la mayor parte del tiempo. el Uno mismo-placer ha demostrado que puede conducir a mejorar vida de sexo con descubrimiento del uno mismo.
Hay un cierto discusión sobre qué constituye un consolador. El consenso general es que un dispositivo no-que vibra, asemejándose a una forma del pene, a un tamaño y a un aspecto total es un consolador. Las mujeres más comunmente ahora asocian los dispositivos que vibran en esa definición. Las ayudas o las extensiones prostéticas del pene pueden también ser incluidas al igual que los juguetes/las ayudas del sexo para la penetración anal tal como enchufes del extremo aunque no cada uno los asocia al consolador del término.
El asunto es que el uso de un consolador es más común de lo que se cree y que muchas mujeres inician su uso en un particular momento de excitación, generalmente en soledad, al mismo tiempo que la curiosidad de la mente, unida a la práctica de la masturbación, busca sensaciones más similares a la penetración cuando se está con un hombre.



Casi siempre la chica se encuentra en casa, casi siempre en su cuarto y si no posee un consolador comercial, quizás la naturaleza le ha aportado algunas locas ideas a su mente. Algunas frutas, verduras y vegetales, poseen cierta forma fálica, dando a la mujer la posibilidad de recrear su mente con travesuras. Tal vez en un día de monotonía, el refrigerador ya le indique qué hacer. Consoladores caseros al alcance hay muchos: bánanos o cambúres, plátanos, pepinos, zanahorias; cosméticos y productos de belleza tipo shampú, desodorantes roll on; incluso objetos como botellas suelen usarse cuando la lujuría no tiene límites. Es importante señalar que la vagina es una zona delicada y que el cuidado en esas prácticas debe tenerse en cuenta. Lo ideal es cubrir el objeto con un preservativo, o por lo menos estar consciente del higiene del objeto.


Consolar las partes íntimas es de larga historia. El consolador más viejo del mundo es un siltstone de 20cms que se fechó 30.000 años y que fue encontrado en una cueva en Alemania. Se sabe que los egipcios antiguos utilizaron los consoladores sobre hace 2.500 años. Los consoladores tempranos fueron hechos de la madera, del cuero y de la cerámica. En los años 40 que intervino la tecnología agradezca la calidad y el PVC y el caucho fueron introducidos al igual que los resortes de acero para la tiesura.




El objeto es el elemento que simulará un pene, buscará la misma intención, pero la diferencia es que la mujer lo manipulará con la certeza de saber dónde están sus puntos de placer, pues se supone que ella conoce mejor su cuerpo que el hombre que la posea, por más cultura íntima que éste tenga. Lo de más estará en la mente, en lo que se piensa, en la fantasía, en la locura del momento.


Ver con más claridad qué es lo que se está haciendo, moverse con más libertad en la penetración del consolador, olerlo, disfrutar su propio olor íntimo, saborearlo con provocativa intención, gemir y jadear, "castigarse a sí misma", ese es el arte de la consolación sexual.

Los consoladores habían adquirido mayor versatilidad en la medida en que se descubren las necesidades y las expectativas que las mujeres tienen de tales artículos. Infinidad de formas y colores, distintos materiales, con baterías para hacerlos vibrar, extralargos y flexibles para el disfrute de la vagina y el ano, o para el uso combinado de chicas traviesas que practiquen el lesbianismo o la fantasía de estar con otra, consoladores dobles, para hacer vibrar el clítoris mientras se introduce la extensión en la vagina, consoladores anales para ella o para él. En fin un mundo de placer.


Conocido en lengua inglesa como dildo, los consoladores no son un invento moderno, pues ya desde tiempos inmemoriales se fabricaban para distintos usos. Por ejemplo, hasta nosotros han llegado datos de que en la antigua Grecia era frecuente, entre las mujeres solteras, comprar penes hechos de piedra, cuero o madera, que recibían el nombre de Olisbos. Curioso resulta descubrir que en el Lejano Oriente utilizaban otro material bien distinto para fabricarlos: boñiga de camello seca recubierta, posteriormente, con una capa de resina.



Ya en el siglo XIX, en plena época Victoriana, aparecen los primeros modelos realizados en goma que, por supuesto, resultaban mucho más suaves y placenteros. Se inventa por ese entonces el vibrador, pero sólo recomendándose su uso para aliviar a las pacientes con problemas de histeria. Hay que recordar que, por aquellos tiempos, las mujeres tenían prohibido disfrutar del sexo, así que el consolador pasó a convertirse en un instrumento meramente terapéutico.

Pero el tiempo de la terapia y el consolador "escondido" fue pasando. A pesar de la resistencia de los tiempos y del temor o el tabú que existía, poco a poco el consolador no sólo se fue introducienso en la vagina y en el ano de muchas, sino que también se fue introduciendo en el mercado masivo.



Nada que ver el pasado con la realidad de hoy en día, donde la mujer ha cogido las riendas de su libertad y decide lo que le apetece hacer o no en sus relaciones sexuales. Además, el consolador ya no es sólo para solteras o viudas como se pensaba antes, sino que forma parte de las fantasias eróticas tanto de parejas heterosexuales como homosexuales.



Y para cumplir estas fantasías encontramos, a nuestro alcance, penes artificiales, generalmente de silicona o de jelly, de medio o gran tamaño, lisos o rugosos para una mayor estimulación, de llamativos colores, de sabores golosos para disfrutar de sexo oral, con o sin vibrador, con la punta especialmente


No existen instrucciones para su uso. El deseo de ella, sola, la fantasía, el cuerpo desnudo y hambriento, ella tumbada en la cama o en el sofá, el clíroris palpitando, la vagina mojada y el ano dispuesto, sólo requieren que su dueña busque el consolador y se entregue.



Puede comenzar a mojarlo con saliva, chuparlo cual si fuera un pene, sentirse traviesa con su boca, para luego llevarlo a su otra boca, a sus otros labios, iniciando juegos suaves en su parte íntima, toques, intentos de penetraciones para provocarse más deseo.


Quizás busque imágenes en su mente, el chico que desea y no está en ese instante, el hombre ajeno que no puede tener, el cantante ídolo, o tal vez piense en el compañero del salón de clases, o de la oficina...puede ser que piense que alguien la está viendo a lo lejos y eso la excita, o puede suceder que esté pensando que una amiga, en una tarde de locura juega con ella y la penetra con un consolador. Las ideas suelen ser muchas, pero el consolador...uno solo.


Las historias pueden ser muchas, lo importante es que la mujer busque conecerse, busque sentir, que descubra su cuerpo. El consolador no sólo queda para el uso exclusivo de ella en soledad, también puede recrear momentos de sumo placer con la pareja, salir de la rutina de sexo tradicional y fortalecer los lazos íntimos de sus cuerpos.


Tampoco hay que temer convertir el uso del consolador en un "vicio". El consolador no es un sustituto del órgano sexual del hombre, para la mujer debe ser un complemento de sus fantasías y de sus momentos de placer.

Lo importante es entregarse sin pudor al sexo, disfrutarlo al máximo mientras se pueda, darle al cuerpo lo que pida, siempre con responsabilidad y en la medida que se esté haciendo algo por voluntad propia y para conseguir satisfacción.



LOS AMANTE DE JUSTINE ESTABAN EN UNA CAJITA
Era la tarde de un domingo, una tarde tranquila, apacible y Justine se encontraba leyendo una revista de entretenimiento en su cama. Justine estaba boca abajo, con una playera larga que cubría sólo hasta sus muslos, debajo la ropa íntima ajustadita a su piel. De pronto cerró la revista, aburrida de leer y de no hacer más que eso, se puso a pensar, llevó su mano al mentón para sostener su hermoso rostro, tal vez para sostener el pensamiento lujurioso que ya comenzaba a dibujarse en su pícara mirada. Entonces de forma apresurada como a quien se le acaba de ocurrir una gran idea, estiró su brazo hasta alcanzar la gaveta de la mesita que estaba al lado de su cama y sacó una cajita. Ella se sentó y abrió la cajita, la miró con ternura, pero su mirada fue cambiando poco a poco hasta convertirse en mirada con malicia. Luego se tumbó en la cama, boca arriba, llevó una de sus manos debajo de su pantaleta, inició un movimiento circular sobre su vulva, duró con ese movimiento unos minutos hasta que sintió que era el momento de quedar completamente desnuda. Justine, cerró los ojos en señal de entrega total, con una mano se masturbaba suavemente, la otra mano iba hacia la cajita que estaba a su lado, la abrió sabiendo muy bien lo que se encontraba en la caja.

Sacó un consolador de acrílico transparente, lo llevó a su boca para humedercerlo, después lo dirigió al orificio de su vagina, comenzó a metérselo, entreabrió sus ojos en clara señal de que algo le estaba entrando y que además le gustaba esa sensación. Justine usó la mano que le quedaba libre para seguir buscando en la cajita un consolador rojo, algo más équeño que el primero, obvio que era para su ano glotón, pero primero lo mojó chupándolo con su boca. Y en cuestión de minutos Justine se estaba estremeciendo ella sola en un alocado frenesí de placer, los consoladores habían ya perforado sus dos orificios íntimos, ya ella se había tragado varios centímetros de locura. Se contorsionó brutalmente, fue hasta el fondo, jadeó, gimió y al final soltó un grito. Justine había acabado, había sido penetrada por dos amantes...los amantes que nadie sabía que tenía.


Luego, fue sacando lentamente el consolador de su trasero, poco a poco, sin prisa...respiró profundo como quien se siente libre. Siguió con el otro, el consolador que se había incrustado en la vagina, éste salió más rápido debido a la cantidad de fluídos que había soltado. Justine quedó vencida, agotada y satisfecha.





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