EL PLACER DE VER SIN QUE LO SEPAN



Recuerdo cómo en cierta oportunidad, siendo un adolescente, pillé a mi hermana mientras era "tomada" por su novio. Ella no sabía que yo estaba en casa, ignoraba que dormía en el jardín, cuando desperté y fui a mi cuarto, escuché unos extraños quejidos que provenían de la habitación de mi hermana, entonces sigilosamente me acerqué y fui abriendo lentamente la puerta del cuarto, allí estaba ella, tendida boca arriba en la cama, con las piernas abiertas y colgando fuera de la cama, abierta de par en par, y allí estaba mi cuñado, arrodillado frente a ella, con toda su cara en moviéndose de izquierda a derecha entre el coño de mi hermana, mientras más la chupaba, más gemía ella. Luego se levantó y se montó suavemente sobre el cuerpo de mi hermana, justo en ese instante lo ví cómo se hundía en ella y cómo mi hermana mientras se aferraba a la espalda de él, soltaba un grito de inmenso placer. Cerré la puerta y me alejé de ese cuarto, los gemidos sostenidos y rítmicos de mi hermana eran más intensos, pero más lejos de oír para mí.



A la tendencia voyeurista se le asocia frecuentemente la tendencia exhibicionista, esto es, disfrutar mostrándose, más o menos abiertamente, semidesnudo o completamente desnudo. Ambas conductas poseen un fuerte componente compulsivo, irrefrenable, mostrando los sujetos aumento de su tasa cardíaca y sudoración ante la aparición de estímulos relacionados con dichas actividades. Estos efectos físicos desaparecen tras la realización del acto voyeurista

El voyeurismo se da, en mayor medida, en hombres, mayoritariamente heterosexuales, ya que es el hombre el que depende más del sentido de la vista para alcanzar la excitación sexual. Es necesario, por lo tanto, distinguir entre voyeurismo y actividad sexual normal, en la que también se produce una excitación al contemplar la desnudez. La diferencia estriba no sólo en el consentimiento o conocimiento de la persona observada que, en el caso del voyeurista, rara vez existe, mientras que en la actividad sexual normal se sobreentiende que sí, formando en este último caso parte de la totalidad de la actividad, no siendo en sí misma la totalidad (la parte por el todo), sino también en la exclusividad de la observación como conducta sexual, carente de interacción física interpersonal.

Se establece también una diferencia entre voyeurismo y contemplación de pornografía. El diagnóstico diferencial se basa igualmente en el conocimiento del hecho de ser observado por la persona objeto de la conducta. Algunos autores, como Langevin y Lang 1987, consideran la pornografía como un acto voyeurista, siempre que este acto constituya la fuente primordial de excitación sexual de un sujeto, o una conducta recurrente.
En lo que respecta a los rasgos de personalidad del voyeurista, estos sujetos suelen ser tímidos durante la adolescencia y con cierta dificultad para iniciar o mantener relaciones de pareja. No son sujetos especialmente propensos a poseer rasgos especialmente patológicos.

Para el gusto voyeurista se han creado los llamados peep shows, que son actuaciones que se realizan en vivo en los sex shops o que se observan en la red Internet por medio de una Web cam. Estos shows suelen mostrar a mujeres que fingen no saber que son observadas durante el acto de desnudarse o mientras se masturban.
Por extensión, el término se utiliza también en un amplio contexto: por ejemplo, se habla del “voyeurismo del telespectador” frente a unas imágenes o acontecimientos relacionados con las personas y su intimidad o su desnudo. La modernidad tecnológica ha traído más material al voyerista, mujer u hombre, ahora "mirar" es más fácil. Eso sí, el voyerista de calle, está expuesto a sanciones si la persona observada capta a su "agresor" y lo denuncia, por ello hay que insistir en que la invasión a la privacidad, si no es discreta, tiene riesgos.

En todo caso, lo importante es que exista una gratificación placentera, que por supuesto no implique daño a otras personas. Ver es sano, observar puede ser curiosidad por descubrir, por deleitarse por aquello que nos resulta agradable, invadir la privacidad,aunque sea por instantes, es, de alguna manera, "soñar". El siguiente vídeo, muestra el momento en que alguien pasaba cerca de la puerta de un cuarto, y se tropieza con una típica escena íntima y...decidió mirar.




EL PLACER DE DEJARSE VER




En sentido estricto, el exhibicionismo es el gusto del individuo por desnudar y mostrar los órganos genitales de forma impulsiva y gratuita. En la psicología moderna, el exhibicionismo durante la infancia o pubertad no es considerado una enfermedad. Sin embargo existe una seria discusión sobre si considerarlo una enfermedad en personas adultas. Hasta hace algunos años se ha clasificado al exhibicionismo casi siempre como una "perversión psicosexual", a partir de esta denominación surge la pregunta de si el término "perversión" indica una enfermedad o si se trata simplemente de una preferencia sexual de una minoría. En todo caso, el término "perversión" ya no es aplicable si hablamos del exhibicionismo como un aspecto que enriquece y forma parte normal de la vida sexual del individuo.
En el siguiente vídeo veremos una acción muy común: mujeres que se masturban frente a un espectador, aunque ya citamos que el voyeurista mira sin que la otra persona lo sepa, aquí la mujer que exhibe sus genitales y se masturba, lo convierte en voyerista en la medida que no se lo imagina presente, es sencillamente "imaginación pura".
Algunos autores creen que las causas del exhibicionismo se basan en un desarrollo psicosexual que no ha evolucionado, que se ha detenido en una etapa inmadura porque el individuo sufre de sentimientos de inferioridad y de trastornos de relación. Según el psicoanálisis, en el individuo exhibicionista existe una pulsión pregenital (véase Fase genital). Otros sostienen que el efecto más bien es contrario: El exhibicionista sufre de estos sentimientos de inferioridad debido a una moral social que lo juzga como "perverso". Al igual que con la homosexualidad, las causas psicoanalíticas del exhibicionismo son muy difíciles de aclarar y generalmente no son de ayuda para un tratamiento. Pero más allá de darle a los lectores una idea clara de estas tendencias. aquí en esta página se trata de disfrutar y entretenerse sanamente con relatos, historias, conocimiento e omágenes que le den alas a la imaginación y material a la piel deseosa de experimentar el camino del placer.
